jueves, 8 de noviembre de 2007

DAR CANILLA A UNA TINAJA

foto: José Antonio Torquemada
Alguien preguntaba qué es "dar canillas" a las tinajas. Espero que con la fotografía y la explicación de Paco Lozano quede más o menos claro.
En una cuba la canilla es la cánula donde sale el vino. O sea que"dar canilla" es sacar el vino que está dentro.Como ves, es un dicho popular. La mayoría son de procedencia agraria, dado que nuestros antepasados vivian "del campo".Se podrían poner muchos ejemplos: año de nieves...año de bienes; por san blas, la cigüeña verás. En estos dias.."el veranillo de san martín ( es el próximo día 11 de noviembre)...etc. etc.
En el diccionario se lee:canilla viene del latín canna=caña.
PACO LOZANO

sábado, 3 de noviembre de 2007

Del pitarra y otros vinos del país


Made in José Antonio Torquemada. Me cuenta en un e-mail que quería colocar este texto como "comentario".... Se merece como mínimo un post, ¿no?

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Como hoy es el día de Todos los Santos, que según el calendario tradicional es cuando se le “da canilla” a las tinajas, se cata el vino y se da por finalizada la fermentación del pitarra, creo que es un buen momento para escribir esto.

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Conocía las bodegas de Villaviciosa, sabía que en Villanueva del Rey, en El Hoyo y Doña Rama seguían haciendo vino, pero hasta hace un par de años creía que ya no se hacían vinos en El Entredicho.
Por casualidad me enteré de que sí, que Ricardo Pérez lo hacía y que había plantado nuevas viñas. Aunque no conocía a este hombre, contacté con él en otoño de 2005 y por curiosidad fui a ver cómo era eso de la vendimia y la elaboración del pitarra. Me abrió sus puertas con agrado, como se las abre a todos, y pude conocer a una excelente persona, que me introdujo en el conocimiento de la elaboración del vino (para quien no lo conozca, le aseguro que es algo inolvidable, todo un rito: trabajo, tertulia, cata y muy buenos ratos, todo al mismo tiempo).
Me interesé entonces en todo este mundo del vino de pitarra y parte de ello lo escribí para la revista de feria de Belmez de 2006, pero a raíz de algunos comentarios que se pueden leer en este blog, se me ocurren ahora algunas otras cosas.
En El Entredicho no es Ricardo Pérez el único que hace vino, aunque sí es el único que lo vende. En la sede de la asociación de vecinos existe una pequeña bodega donde también se hace, pero creo que sólo se puede consumir allí, en el bar (las tinajas están allí mismo y quien vaya en su época podrá ver todo el proceso de elaboración y fermentación in situ). Además, dando un paseo por los caminos de la zona, se pueden ver algunas pequeñas viñas que producen vino para el consumo propio.
En El Hoyo, se sigue haciendo un excelente pitarra, (la familia Balsera es una de las que lo elabora, pero me consta que hay más). Basta con preguntar a cualquiera de los vecinos y estos indican dónde se puede comprar. Hay que darse prisa en comprarlo, porque se lo lleva casi todo la gente del Terrible.
También lo hay en Doña Rama, y aunque lo he probado en algunas ocasiones (la última de ellas el pasado año, y bien rico que estaba), siento no poder decir quien lo elabora. Supongo que en el mesón o preguntando a los vecinos se puede saber quien lo hace y si está en venta. Como curiosidad, aquí se puede visitar una casa en la que todavía hay restos de un antiguo lagar con las tinajas enterradas, a ras del suelo, un tipo de bodega que es raro de ver en nuestras aldeas.
Hay en Belmez alguna que otra gente que se sigue haciendo “su” vino, con uvas propias (casi siempre de parras, no de cepas) o compradas en Villaviciosa. El día de los tomillos de este año probé dos, uno bastante bueno y otro malísimo. Por respeto, no diré de quien era uno y otro.
Además, en nuestro entorno, se puede comprar pitarra en Villanueva del Rey (muy bueno), en Villaviciosa, en casi todas las aldeas y en Fuente Obejuna (creo que también de Peñarroya, pero esto no lo tengo seguro). Basta preguntar por la calle, que seguro que informan donde lo hacen, aunque siempre procurando comprarlo antes de Navidad, pues para estas fechas suele estar todo vendido.
Durante todo el año se puede comprar en la mayoría de los supermercados de la comarca “pitarra” envasado procedente de Villaviciosa, Esparragosa (Badajoz) e Hinojosa del Duque. He puesto esta vez comillas en lo de “pitarra” porque este último, el de Hinojosa, no es pitarra: Entra muy bien, está bueno, se conserva todo el año y es fácil de conseguir; pero se trata de una mezcla de distintos vinos de Córdoba, Badajoz, La Mancha y otros lugares.
Respecto al nuestro, el “Ribera del Guadiato”, la producción es poca, con lo que poco empleo y riqueza produce, se trata de un producto artesanal, para el consumo propio o como un complemento de renta para algunos agricultores.
Se habla de producirlo a gran escala y comercializarlo, como fuente de riqueza y empleo. Pero salvo excepciones, por tratarse de un vino joven, el pitarra auténtico es raro que pase de la primavera, por lo que su venta ha de ser rápida, lo que sólo se consigue con poca producción o con una muy buena comercialización.
Para producir mucho hay salvar algunos “problemas”. Primero son necesarias cuantiosas inversiones en plantaciones, bodegas, envasado, sanidad, distribución, etc.
Lo segundo es el tema de los intermediarios. Bien sabemos todos que hoy por hoy quien gana dinero no es el agricultor o el productor, sino el comisionista, por lo que pocos se arriesgaran en un negocio así. Con poca producción, el vino lo vende el agricultor directamente, por lo que todo queda en beneficio suyo, con pocos gastos, puesto que la vendimia tampoco requiere mucha mano de obra, que suele ser la propia familia o allegados, que se conforma con unas arrobas de lo producido. La mucha producción requiere contratar mano de obra, algo arriesgado cuando no se sabe el precio que está dispuesto a pagar el intermediario.
Y, por último, el tema primordial, el mercado. ¿Existe un gran mercado que asuma la producción de estos vinos? No. La competencia entre los vinos es mucha y el tinto está ganando la batalla (en Montilla se arrancan todos los años muchas hectáreas de viñedo y otras se reciclan a la producción de Pedro Ximénez y tintos de marca).
El pitarra tiene “su” mercado, de tal manera que la entrada de muchos productores o de un gran productor, además de no garantizar su supervivencia, acabarían por hundir a los pequeños productores que existen ahora y acabar con este tradicional cultivo y las costumbres asociadas al mismo. Y eso sí sería catastrófico.
En cualquier caso ahí está el ejemplo de Villaviciosa, que produce vinos que se exportan a muchos países, pero que empezaron poco a poco, aprendiendo del mercado.
En la página web del Entredicho pueden verse antiguos anuncios que recopilé sobre los vinos de El Entredicho. Hay muchos más que se refieren en general a los “vinos del país”, aludiendo los de toda la comarca. Esta es la clave: el vino era la bebida reina en cualquier bar o taberna. Pero la “cultura del vino” se perdió hace años, se tomaba en todas partes, se le daba a los niños como reconstituyente (muchos hemos tomado de pequeños un vasito de Quina Santa Catalina antes de comer para abrir el apetito, y esto no era sino un vino dulce ¡anunciado para niños en televisión!). No hay que olvidar que, ante todo, el vino es un alimento que se debe tomar con moderación, no una bebida para emborracharse.
Hace ya varias generaciones que la cerveza y los licores lo han sustituido y es raro actualmente ver a gente de menos de cincuenta años pidiendo un vino en los bares. Iniciativas como la “Vinum Universitas” que se celebrará en Belmez en fechas próximas pueden y deben inculcar a muchos esta casi desaparecida cultura y el conocimiento de las bondades de tan rico alimento.



José A. Torquemada Daza